Ser feliz no cuesta nada, pero a veces cuesta mucho.
Sonríe aunque una lágrima inunde tus ojos, finge ser feliz, aunque estés triste, porque aunque no tengas ganas de nada, siempre tienes que mirar hacía el futuro, porque si la gente te ve mal, te preguntará que te pasa, y te verás obligado a mentir aunque no quieras.
Comentarios
Publicar un comentario